El vehículo autónomo, en el que el conductor apenas será necesario, promete revolucionar el concepto de movilidad. Pero hasta que llegue, otras tecnologías ya están consiguiendo que los desplazamientos sean más ágiles, sobre todo en las grandes ciudades.

Robots que pueden regular el tráfico, algoritmos que detectan personas para evitar accidentes o pasos de cebra que alertan a los adictos al móvil son solo tres ejemplos de tecnologías que ya se adaptan a nuestro movimiento.

Un robot entre peatones

Tanto conductores como peatones conocen perfectamente las normas cuando circulan por una carretera. ¿Y los robots? Ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han diseñado un dispositivo autónomo que es capaz de seguir el ritmo del tráfico peatonal y observar los códigos compartidos por los peatones.

Este pequeño robot es capaz de desplazarse entre la gente sin chocar con nadie. Crédito: MIT

En un edificio del campus, el robot fue capaz de desplazarse a un ritmo humano (1,2 metros por segundo) durante más de veinte minutos. Equipado con sensores y cámara web, el dispositivo cuenta con algoritmos para mapear el entorno y determinar su posición. Para controlarlo, los ingenieros han utilizados los métodos de los vehículos terrestres autónomos.

Aunque, de momento, los investigadores no lo han probado para controlar el tráfico, creen que podría servir para regular el flujo de personas o coches con algunas de las herramientas —sensores, cámaras y algoritmos— que usa ahora. Por ejemplo, si se le incorpora una luz verde o roja sería como un semáforo mucho más avanzado. “Se aplicarían algunos de los mismos principios, equilibrando sus objetivos, ya sea controlar el tráfico o llegar a una ubicación concreta, teniendo en cuenta las decisiones de las personas de alrededor, es decir, dónde quieren ir”, explica a OpenMind Michael Everett, uno de los ingenieros que ha participado en su diseño.

El algoritmo que detecta personas

En las grandes ciudades son comunes los atropellos a peatones, ya sea por falta de visibilidad del conductor, por despiste o por negligencia de la persona que cruza una calle. Accidentes de este tipo podrían evitarse gracias a un nuevo algoritmo ideado por ingenieros de la Universidad de California en San Diego (EEUU).

Comparado con los sistemas actuales, la herramienta realiza la detección casi en tiempo realy con una mayor precisión. La tecnología, que incorpora modelos de aprendizaje profundo (entrenados con miles de imágenes), podría utilizarse en vehículos inteligentes, robótica y sistemas de búsqueda de imágenes y vídeos.

“Nosotros trabajamos en la detección en sí. Será el fabricante del automóvil quien decida qué hacer con ella, aunque se podría implementar en un ordenador dentro del vehículo”, plantea a OpenMind Nuno Vasconcelos, profesor de Ingeniería Eléctrica en la universidad y director de la investigación.

Pasos de cebra para adictos al móvil

Caminar mientras miramos el móvil tiene sus riesgos, sobre todo si tenemos que cruzar una calzada. En algunas ciudades, los pasos de cebra incorporan luces de colores en los extremos por los que acceden los peatones. Cuando el semáforo se pone en rojo, la luz del suelo también se ilumina y así la persona que va mirando el móvil y no se ha fijado en el semáforo, la aprecia y se detiene. Cuando el semáforo se pone en verde, la luz del suelo también cambia.

Cruzar la calle mirando el teléfono móvil es un peligro para peatones y conductores. Crédito: Tonnoro

 

Cruzar la calle mirando el teléfono móvil es un peligro para peatones y conductores. Crédito: Tonnoro

Estas luces pueden orientarse hacia los conductores, sobre todo si el paso de cebra carece de semáforo y no se aprecia claramente. Con luces intermitentes amarillas rodeándolo, los conductores advierten desde la distancia que tienen que ir frenando. Otra opción que han puesto en práctica en la ciudad china de Chongqing ha sido pintar carriles exclusivos para gente que camina utilizando el teléfono.

La ruta más accesible

Moverte con un carro de la compra, un carrito de bebé o en una silla de ruedas no es una tarea fácil. Cuando estas personas calculan la ruta para ir a un lugar, las aplicaciones de navegación habituales no les informan si las aceras están rebajadas o si una calle es muy empinada.

 Ejemplo de ruta propuesta por AccessMap para ir al ayuntamiento de Seattle a través de la calle Union en lugar de subir por empinada calle Séneca. Crédito: Universidad de Washington/AccessMap

Ejemplo de ruta propuesta por AccessMap para ir al ayuntamiento de Seattle a través de la calle Union en lugar de subir por empinada calle Séneca. Crédito: Universidad de Washington/AccessMap

La herramienta AccessMap, diseñada por investigadores del Centro Taskar para la Tecnología Accesible de la Universidad de Washington (EEUU), contempla todos estos problemas y ofrece rutas personalizables a los ciudadanos de Seattle (EEUU). Previamente, estos deben indicar sus preferencias, es decir, qué grado de inclinación pueden asumir o si necesitan bordillos rebajados, por ejemplo.

“En las rutas habituales, los algoritmos penalizan la distancia porque buscan la ruta más corta”, señala a OpenMind Anat Caspi, directora del Centro Taskar. En el caso de AccessMap el algoritmo no elige el camino más corto, sino aquel que tiene en cuenta las preferencias del ciudadano.

Peajes con pago automático

Para reducir el tráfico en áreas congestionadas de las grandes ciudades, algunos ayuntamientos como el de Londres han puesto en marcha un sistema de peaje automático.Con cámaras y sensores situados en puntos estratégicos, fotografían las matrículas de los coches que acceden a una determinada zona y automáticamente se les realiza el cobro. En Nueva York contemplan poner en marcha la medida a finales de año para limitar el tráfico en las partes más congestionada de Manhattan, informa The New York Times.

En los peajes tradicionales hay que parar obligatoriamente para pagar por el trayecto recorrido. Crédito: Jose Gonzalvo Vivas

 

En los peajes tradicionales hay que parar obligatoriamente para pagar por el trayecto recorrido. Crédito: Jose Gonzalvo Vivas

En países como Portugal han diseñado gigantescos arcos suspendidos sobre las vías que están equipados con pequeñas cámaras que fotografían las matrículas de los vehículos.

El conductor solo tiene que informar en un punto, cuando entra a la vía, de la tarjeta de crédito en la que quiere que le hagan los cargos. A partir de ahí, se despreocupa y los arcos contabilizan los trayectos que realiza en esas vías. No tiene que volver a registrarse cada día y a final de mes o cuando tenga estipulado, verá el cargo realizado en su cuenta bancaria.

Laura Chaparro

Fuente.

Actualizada: 4 de mayo de 2023 6:12 PM • Noticias y Eventos